Una Parabola

Era una vez un campesino que estaba en la orilla de un rió lamentándose y triste, llorando por que no tenía para comer ni para alimentar a su familia. Entonces cuando va pasando el Rey le dice: ¿qué tienes?
El campesino le responde: Señor, no tengo para beber ni para alimentar a mi familia nada. No tengo ganado ni fortalezas ni nada.
Le dijo el Rey: ¿y por eso lloras? Mira aquí en donde estamos pon una piedra y camina todo lo que quieras hacia delante. Cuando te canses, pon otra piedra y caminas hacia tu derecha y camina también todo lo que quieras. Cuando quieras pones otra piedra y caminas hacia la derecha otra vez. Entonces camina todo lo que quieras y cuando quieras pon otra piedra ya que tengas puestas 3 piedras. Devuélvete otra vez en donde empezaste y entonces será unas cuantas hectáreas cuadradas. Y todo eso que recorriste será tuyo y podrás hacer de él lo que quieras… pues, será tuyo.

Entonces el campesino, ilusionado, puso la piedra de donde empezó, y caminó y caminó. Miró hacia atrás y ya no se miraba de donde había empezado y dijo: ¿aquí estará bien o mas allá? se dijo a el mismo. No, mejor caminaré más de todos modos todo lo que caminé será mió decía el. Después de un día completo de caminar dijo: aquí está bien y dejó su primera piedra.

El campesino pensó: Ahora tengo que caminar hacia la derecha como dijo el Rey. Y empezó a caminar hacia la derecha y caminaba y caminaba. Ya después de estar cansado pues no había comido ni había tomado agua que le quitara la sed, caminó y puso su segunda piedra.
Entonces dijo: ahora otra vez a la derecha como dijo el Rey. Y sí puso su piedra y caminó hacia la derecha y caminó : aquí esta bien y puso su tercera piedra.

El campesino dijo: Ahora cerraré mis hectáreas que el Rey me regalara. De todos modos serán mías dijo el campesino, ya que tenía la ilusión de que iba a volver al principio como el Rey le dijo que hiciera.
Después de 3 días caminó ya lo último que iba a terminar, esos tres y medio largos días de camino, de hambre cansancio, y de sed.
El campesino cae muerto faltando poco para llegar al principio para que el Rey le pudiera regalar esas hectáreas que el tanto deseaba.

¿Qué nos enseña esta parábola?
1.- primeramente nos habla de la avaricia, que cada vez que se nos da poco queremos más y más, pudiendo aceptar algo pequeño y usarlo apropiadamente.

2.- este campesino se olvidó de tres cosas muy importantes:

a) descansar
b)tomar algo de beber
c)alimentarse

Estas tres cosas importantes para poder vivir no solamente son físicas para nuestro propio cuerpo sino también dice la palabra de Dios.

a)Mateo 11:28.- Venid a mi todo lo que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.

Este campesino además de descansar su cuerpo también se olvidó de descansar su espíritu en Dios por que Dios es un Dios de paz de amor. Nos da tranquilidad a nuestro corazón cuando mas turbados nos encontremos y El nos dice: calmado, aquí estoy yo para protegerte siempre. Nunca te dejaré apartado de mi.

b)Juan 7:37.- En el ultimo y gran días de las fiestas, Jesús se puso de pie y alzo su voz: Si alguno tiene sed venga a mi y beba.

La palabra de Dios es bien clara: Si alguno tiene sed, venga a mi y beba. Cristo reconforta nuestra alma de una manera impresionante que nos sacia la sed grandemente. Que nadie puede hacerlo más que El por que es un Dios único.

c) Lucas 6:24.- Bienaventurado los que ahora tenéis hambre, por que seréis saciados. Bienaventurados lo que lloráis, por que reiréis.

El campesino tanto como olvidó alimentar su cuerpo también se olvidó de alimentar su espíritu que tanto así será de importante. La palabra de Dios es clara: Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, por que seréis saciados. Olvidó alimentarse de Dios. El nos quita toda el hambre de justicia, de amor, por que Dios es un Dios justo y un gran Dios de amor. Nunca se olviden de estos 3 grandes pasos importantes. Siempre hay que tratar de buscar a Dios en cualquier lugar. Hay que buscarlo porque como el campesino podemos caer y nunca levantarnos. Hay que saber confiar en Dios porque nunca nos dejará solo!
Dios les bendiga

By: Martín Saúl Mendoza